lunes, 29 de abril de 2013

Competencias laborales, un desafío para elevar la productividad




Existe en Chile una visión compartida respecto de una de las claves para avanzar hacia el desarrollo y el bienestar de nuestra población, es la reducción las importantes brechas de capital humano existentes, especialmente considerando el perfil de productor y exportador de materias primas de nuestra economía, que la desafía permanentemente a competir en el mercado global. Por lo anterior, todas las acciones destinadas a mejorar el acceso, calidad y pertinencia de la oferta educativa en general, de la formación técnica y la capacitación laboral en particular, convergen en esa misma dirección, que requieren actuar coordinadamente y sintonizar finamente con las demandas del mercado del trabajo.

En esta línea, nuestro país cuenta con una innovadora herramienta que permite el reconocimiento de las competencias laborales de las personas, independientemente de la forma en que las hayan adquirido, se trata de ChileValora, el Sistema Nacional de Evaluación y Certificación de Competencias Laborales. En esta política pública, son los propios sectores productivos quienes sentados en una mesa tripartita, identifican y priorizan los perfiles ocupacionales donde la certificación de competencias les agrega valor. En la actualidad existen 23 sectores productivos que, desde 2011, participan de esta iniciativa, permitiendo actualizar y levantar cerca de 665 perfiles ocupacionales, cuyo principal valor es interpretar con precisión los conocimientos, habilidades y actitudes demandados para desempeñar con éxito alguna función productiva.    

La minería, agricultura, turismo, sector eléctrico, metalmecánico, comercio-retail, industria logística, supermercados  entre otros, que participan voluntariamente de esta iniciativa, ven en la certificación de competencias una oportunidad de mejorar la productividad y competividad de su empresas, en la medida que son más conscientes de sus brechas, pueden corregir y mejorar sus procesos, reducir costos y asegurar faenas más seguras. Para los trabajadores implica una señal potente de valorización, factores que afectan positivamente su empleabilidad y movilidad laboral. A nivel organizacional la certificación aporta directamente a la reducción de costos en la búsqueda y asignación de puestos de trabajo y hace más eficiente los procesos de compra de servicios de capacitación y, en tanto mecanismo de reconocimiento, aporta a mejorar el clima laboral, factor incidente en la identificación de los trabajadores con su empresa, que contribuye a la productividad general de las mismas.

Nuestro desafío actual es promover la certificación a nivel nacional para que más trabajadores y empresas, experimenten sus beneficios y en conjunto agreguen valor a sus procesos productivos.

Ximena Concha Bañados
Secretaria Ejecutiva de ChileValora





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